En el segundo semestre del año, todo indica que volvería a vivirse una suerte de “normalidad” en el segmento de apuestas deportivas, gracias al regreso paulatino de las actividades que representan un 60% de los ingresos brutos que generan las casas de apuestas online.
A pesar del duro revés que ha significado la crisis de la pandemia al mundo de las apuestas en todos sus ámbitos, la reanudación de torneos representa un respiro para las más grandes casas de apuestas digitales del mundo.
Si bien los casinos online representan una parte importante del atractivo del sector digital, los números hablan por sí solos: las apuestas deportivas representan al menos un 50% del volumen de jugadas al año, dependiendo cada mercado lógicamente, y más de un 60% en los ingresos de las compañías de juego online.
En este sentido, los principales operadores proyectan un resurgir paulatino en las apuestas online, en la medida en que se vayan reactivando las diferentes disciplinas deportivas que se congelaron debido a la emergencia sanitaria. Una vez intensificado el confinamiento, las casas de apuestas en España presentaron un significativo descenso de juego, de hasta un 40%, mientras que en países como Italia, ese descenso se posicionó en un contundente 43%. Peor si se logra imponer la lógica de que “todo lo que sube, baja, y viceversa”, en la misma medida en que se vaya normalizando el deporte mundial, las casas de apuesta online irán recuperando su plena forma.
Por otra parte, los establecimientos físicos para el juego presencial han registrado pérdidas irreparables para un sinfín de empresas desde el cierre absoluto, en el mes de marzo. Por ello, y analizando los números de las casas de apuesta a nivel mundial, es muy posible que la normalización alcance mucho antes a la industria online, ya que a un paso prudente pero ascendente, el mundo del deporte ha ido retomando ritmo progresivamente.
De esta forma, los operadores del segmento deportivo aspiran a aprovechar un mercado presencial debilitado por el confinamiento y los límites al aforo de salas de juego, cuando éstas puedan reabrir, y una creciente oferta deportiva, que podría representar una recuperación mucho más fuerte para este segmento de negocios que para las salas de juego tradicionales.