Estados Unidos entiende que se debe prohibir el juego online en el pequeño estado caribeño porque viola leyes norteamericanas al respecto. En tanto Antigua y Barbuda sostiene que esos requerimientos son contrarios a las reglas globales de comercio.
El último round de este conflicto entre los dos países sucedió la semana pasada donde no se llegó a ningún acuerdo, con lo que Antigua y Barbuda pidió a la OMC que intervenga en la disputa, según expresó Mary Ellen Gilroy, diputada de Estados Unidos y jefa de la misión a países del caribe.
Un país que considere que se lo ha tratado injustamente en una disputa de comercio puede pedir a la OMC por una resolución. A su vez a la OMC se le puede pedir revertir su decisión en un proceso de la apelación y a esto es a lo que apuntan las autoridades norteamericanas. "Los Estados Unidos analizarán la resolución y podrán apelar si la decisión va en su contra" expresó la diputada Gilroy.
Ninguna ley federal de los Estados Unidos prohíbe las apuestas, lo que es regulado por leyes estatales. En muchos estados, apostar está prohibido o permitido con restricciones. En 1996 cuando legisladores de Estados Unidos procuraron controlar el juego por Internet, los 30 sitios web de apuestas existentes totalizaban 30 millones de dólares en movimiento de dinero.
Pero este año, los más de 1.800 sitios web de apuestas proyectan ingresos por cerca de 7 mil millones en apuestas, según Betonsports.com que promueve "el derecho de apostar en línea" ante el Congreso de Estados Unidos. Para 2010 se espera que el mercado de apuestas por Internet crezca hasta los 18 mil millones, de ahí que este conflicto no se trate de algo menor.