“Lo hemos notado mucho. Hemos bajado en asistencia entre un 40% y un 45%”, comentó a la prensa local José Manuel Piñeiro, responsable de los dos únicos bingos que existen en Huelva capital.
Locales como la Sala Círculo, situada en la calle Rico, o la Sala Tenis, situada en la calle Muñoz de Vargas, sufren el desgaste de una situación que, a la larga, está trayendo más perjuicios que alegrías. “Nosotros tenemos establecido un aforo limitado debido a las indicaciones del sector, y ni por asomo nos hemos acercado al aforo máximo que tenemos permitido“, agregó el empresario.
Ambos locales debieron desembolsar una cantidad importante de dinero en medidas de seguridad, adecuación de las mesas y de la propia sala.
“Desde siempre hemos tenido un control de acceso donde nadie entraba sin identificarse. Ahora, con el tema del COVID, lo hemos intensificado; sobre todo con los accesos y salidas para evitar que los clientes se encuentren”, añadió Piñeiro.
“Además tomamos la temperatura, ofrecemos bolígrafos que no se reutilizan, hemos instalado varias peanas con gel hidroalcohólico, donde hemos invertido una cantidad bestial de dinero, y hemos instalado mamparas de metacrilato que evitan el contacto de los jugadores en la mesa sin perder la visión de la sala. Nos lo hemos tomado muy enserio”, concluyó.
Sin embargo, el problema que tiene este sector es que su público más abundante es también el más vulnerable en esta pandemia. Los mayores de 60 años han renunciado a visitar los locales debido al miedo generalizado que existe entre este sector de la población.
“Hay muchos clientes que tienen miedo a contagiarse. Tenemos clientes muy habituales que no vienen a nuestros locales, pero que tampoco van a bares o cafeterías. Nosotros, ante eso, lo único que podemos hacer es poner todos los medios para que el cliente se sienta seguro. Lo principal es que el cliente, vuelva o no, se sienta seguro y a gusto. Y en ello estamos todos los empleados”, concluyó.
Mientras en Huelva se sigue luchando por sobrevivir, en la provincia se ha claudicado durante la lucha. Por ello, la única sala de bingo de la provincia de Huelva que existía (situada en la Isla Cristina), se encuentra cerrada temporalmente; provocando que en apenas cinco años se haya pasado de tener cinco salas en toda la provincia a sólo dos (situadas en Huelva capital).
Desde el sector piden algún tipo de medida o incentivo que les ayude a salvar este bache; ya que según la Conferencia Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo (CEJ Bingo), en España se censaron 323 salas en 2019, frente a las 405 que permanecían abiertas en 2010, y al casi millar en 1992. Además, sobre los bingos pesa también las restricciones horarias que afectan a otros negocios, como bares o terrazas.