El Frente Parlamentario Evangélico divulgó un manifiesto en el que describe propuestas y prioridades de su bancada para los próximos años en el Congreso Nacional. Entre los principales puntos señalados, están el combate al “democratismo comunista” y a la “ideología de género” en la Escuela, “penando severamente a todos aquellos que atenten contra la inocencia infantil”.
Según el documento de 60 páginas, la bancada (una de las más influyentes del Congreso, con unos 180 miembros a partir de 2019), abordó el tema de la legalización del juego de forma superficial, relacionando la Ley que instituyó el PPI (Programa de Sociedad e Inversiones del Gobierno Federal). De acuerdo a lo señalado por los evangélicos, la actividad “es perniciosa, el juego es un factor de destrucción familiar y propicia el lavado de dinero”.
El documento asegura que acciones como las presentadas por el PPI demuestran que el Estado brasileño tiene condiciones para establecer sociedades virtuosas con la iniciativa privada en favor de la población, “y no precisa acudir a expedientes manifiestamente destructivos para la sociedad como, por ejemplo, el proyecto de funcionamiento de casinos. Al final, y como es de amplio conocimiento, el juego es un factor de destrucción de la familia y un fuerte generador de lavado de capitales”.
Estos datos toman mayor repercusión al conocer el interés y apoyo que ofrece Jair Bolsonaro, presidente electo del Brasil. “Sabemos que los casinos, aquí en Brasil, serían una gran lavandería, para lavar dinero. Es también un destructor de familias, ya que mucha gente se entregaría al juego y el caos se haría presente en el seno de las familias aquí, en Brasil”, señaló el propio Bolsonaro el pasado 24 de octubre, días antes de ser electo presidente.
Las declaraciones de Bolsonaro, que buscaban desmentir la nota “El equipo de Bolsonaro discute la legalización de los casinos en Brasil” publicada por el Correo Braziliense, son muy semejantes al manifiesto evangélico presentado ayer, lo que lleva a pensar que la apertura del juego deberá enfrentar un fuerte rechazo en el Congreso, y perdería mucho apoyo del Poder Ejecutivo si Bolsonaro mantiene su estrecha relación con este sector político de Brasil.