Esta decisión ha derivado, además, en la reducción de la plantilla en 16 trabajadores, que son los que han solicitado la extinción de su contrato y, a cambio, percibirán una indemnización equivalente a 38 días por año de servicio. Así, a fecha de hoy, su plantilla suma 67 empleados, una cifra muy inferior a los 243 con los que el Casino inició su andadura en mayo de 2005.
Como consecuencia de la modificación de horarios y dado que se incurría en un cambio sustancial de las condiciones de trabajo, la empresa abrió el mes pasado una negociación con el comité de empresa. En el acuerdo alcanzado entre ambas partes figuran, además de las indemnizaciones a quienes han dejado su puesto, una serie de contraprestaciones para aquellos que continúan en la empresa y que se traducen en unos 30 euros más de sueldo. Este acuerdo, suscrito el 30 de agosto, también implicó la retirada de la demanda de conflicto colectivo interpuesto días antes por el comité de empresa.
Precisamente desde este comité, con presencia mayoritaria de UGT, explican que los empleados que acaban de dejar el Casino lo han hecho en buenas condiciones y empujados por la propia empresa, que ofreció indemnizaciones bastante más altas de las que recoge el estatuto de los trabajadores.
Para quienes continúan en sus puestos, sin embargo, la situación es muy diferente. “La gente está muy descontenta -explicó un portavoz del comité-, porque hace nocturnidad que no está amparada por las nóminas y asume funciones que no le corresponde y para las que no está preparada”.
De hecho, añadió, “han quedado departamentos enteros al descubierto, como el de caja (reducido de ocho a dos personas) y máquinas (con una persona, de las cuatro que lo atendían)”. Y concluye que “es una situación que veíamos venir porque, según se iba la gente, la empresa cubría sus puestos con personal de ETT”.