La ley también incluye la apertura de al menos 7.000 nuevos centros de apuestas deportivas, excluyendo las apuestas hípicas, así como también la instalación de slots y de máquinas de carreras de caballos en los bingos y la apertura de 10.000 nuevas salas de bingo. Además, se agregarán 8.000 máquinas de juego durante el corriente año y otras 9.000 en 2007, de las cuales el Tesoro Nacional piensa obtener 320 euros diarios por máquina.
También se tendrán en cuenta otros dos temas: El primero es el despliegue del juego legal, y el segundo es que cuantos más italianos jueguen, menos ganarán; esto provocará que estén más expuestos a las deudas y a la usura.
De acuerdo a The Civiltà Cattolica, uno de los medios de prensa católicos más importantes de Italia: “Estamos en un círculo vicioso, un tema que es muy conocido para los italianos, que están entre los primeros a nivel mundial por apostar su dinero en actividades relacionadas con el juego”.
“Como consecuencia de la introducción de otros tipos de juegos por Internet”, agrega Polledri, “se estima que el número de jugadores crecerá de 500.000 para 2007 a 1 millón en 2008. El estado obtendrá 37 millones de euros en los primeros dos años, estimados sobre la base de un gasto per-capita de 2.000 euros cada 365 días”.
De acuerdo a una reciente encuesta realizada por Eurispes, 30 millones de personas en Italia apuestan al juego, lo cual representa un 58% de las poblaciones adultas, principalmente: familias que están endeudadas y empleados que trabajan en forma clandestina. Actualmente, 56% del sector de nivel más alto, 47% de los sectores económicamente menos favorecidos y 66% de los desempleados hacen apuestas.