El punto delicado es que la idea básica del proyecto impulsado por el gobierno es imponer cupos al número de casinos y casas de juego. La Cámara de Diputados aprobó el proyecto en primera lectura el 24 de marzo pasado. Con el aval de la administración de Putin, los diputados votaron por un cupo de 1 casino cada 200.000 personas. Si este cupo se efectiviza, Moscú tendrá solamente 50 casinos en vez de los 60 casinos y 3000 casas de slots que actualmente existen en la capital de Rusia.
Las restricciones tendrán efecto a partir del 1 de enero de 2009. Hasta esa fecha, todos los casinos y casas de juego autorizadas continuarán en actividad siempre y cuando sus activos netos asciendan a USD 21,8 millones y se removerán todos los centros de juego ubicados en lugares inapropiados, como negocios y casas.
Estos requerimientos ayudarán a que los grandes jugadores alejen a los rivales más pequeños del mercado, mientras que los burócratas podrán calmar al público irritado por la inmensa cantidad de máquinas tragamonedas.
A juzgar por el debate, el proyecto tiene pocas probabilidades de convertirse en ley a corto plazo. Hay demasiadas opiniones al respecto, lo cual podría dilatar el proceso.