En lo que va del año, la Empresa Territorial para la Salud (Etesa) ha intensificado los controles a los establecimientos de juegos de suerte y azar que funcionan sin permiso o los que evaden los aportes a la salud, y ha llegado a cerrar más de 1.400 casinos.
Según fuentes oficiales, se han detectado de más de 13.000 máquinas tragamonedas, mesas de juego y bingos, que no cuentan con los requisitos legales para operar o que han sido alteradas por los dueños de los establecimientos.
A pesar de que se han reforzado los controles y que cada vez se efectúan mayores visitas, según cifras de Etesa, el 25% de los juegos en Colombia son ilegales y representan pérdidas para el sector de la salud y para los apostadores por 20.000 millones de pesos colombianos (8,7 millones de dólares).