La proliferación de casinos, salas de juego y tragamonedas ha multiplicado el nivel de apuestas de unos 60 millones de dólares en 1996 a 404 millones de dólares a agosto de este año. Según datos de la Junta de Control de Juegos (JCJ), entre septiembre del año pasado y agosto del 2005, el Ministerio de Economía y Finanzas recaudó 22,7 millones de dólares producto de la actividad.
Tras la privatización de los casinos en 1997, la apertura de nuevos locales se ha intensificado. Hoy da hay 12 salas de juego, en comparación con las 8 que existan antes y 26 salas de máquinas tragamonedas, más del doble de las anteriores. Más allá de la oposición de sectores eclesiásticos o políticos, los casinos han seguido abriendo terreno para crear una cultura de entretenimiento y de ocio que podrá cambiar el rostro futuro de la ciudad de Panamá y el tipo de visitante que se atrae.
En el camino, la industria ha generado por lo menos mil 400 nuevos empleos. En conjunto, las tres principales operadoras de juegos en el país, CIRSA Panamá, Fiesta Casinos y Casinos Crown reportaron el año pasado ingresos brutos cercanos a 65 millones de dólares, según un informe presentado por el secretario de la JCJ, Raúl Cortizo, a la Asamblea Nacional.
Los operadores de casinos han variado sus estrategias de mercadeo a través de alianzas con hoteles para atraer más turistas y jugadores. La idea es desarrollar e implementar una oferta conjunta, dijo Jorge Melero Blanco, gerente general de CIRSA Panamá, operadora del casino Majestic en Multicentro.
Por ejemplo, se ofrecen paquetes completos para jugar y a la vez poder realizar otras actividades. "Esos proyectos los estamos desarrollando con pases de la región que envían turistas no sólo a jugar a los casinos sino a jugar golf, ir de compras y realizar otras actividades", anotó Melero.
Lucas Alemn, gerente de los Fiesta Casinos, opina que hay que fomentar aún más el turismo de apuestas para que los casinos mantengan el actual ritmo de crecimiento. En los últimos 10 años, las inversiones directas realizadas en la industria de juegos de azar por empresarios españoles, chilenos, canadienses y panameños ascienden a más de 150 millones de dólares.
La oferta actual se basa en la explotación de 5 mil máquinas tragamonedas de última generación y 170 mesas de juego. Para fortalecer la industria, se ha tenido que acondicionar las normas que la regulan, las cuales están estrechamente vinculadas a la explotación y desarrollo del turismo, dijo Cortizo. Según Antonio Alfaro, presidente de la Asociación de Administradores de Juegos de Azar, los últimos casinos que se han construido en Panamá, reúnen las características de las mejores salas de juego a nivel mundial. Por ello quizás turistas que no pueden ir a jugar a Las Vegas, opten la próxima vez por venir a Panamá.