Agustín Li Gambi: “Argentina es un ejemplo de cómo el trabajo mancomunado permite obtener resultados”

Durante los días 18 y 19 de abril, en Hotel Sofitel Recoleta de la ciudad de Buenos Aires, se llevaron a cabo las Jornadas Cibelae 2024, un evento organizado por la Corporación Iberoamericana de Loterías y Apuestas del Estado (Cibelae).

Entre los asistentes a la cumbre estuvo Agustín Li Gambi, tanto desde su papel como director general de Asuntos Jurídicos en el Instituto Provincial de Juegos de Azar de Neuquén (IJAN), como presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos de ALEA. Luego de su exposición, Yogonet conversó con él sobre el evento y el futuro de la industria en Argentina y la región.

¿Qué balance hace de las Jornadas Cibelae en las que participó recientemente?

El balance es indudablemente positivo, por la calidad del contenido, la experiencia transmitida por los expositores y la calidez de todos los participantes, quienes se mostraron predispuestos a generar vínculos para trabajar en conjunto.

Desde su papel tanto en ALEA como en el Instituto Provincial de Juegos de Azar de Neuquén conoce a fondo el panorama de la industria del juego en la Argentina. ¿Cómo considera la situación actual del sector en el país? ¿Qué cosas falta mejorar?

En mi opinión, Argentina es un ejemplo de cómo el trabajo mancomunado permite obtener resultados. Es decir, como seguramente la mayoría de los lectores sabe, Argentina parte de una realidad compleja por el hecho de que la regulación sobre los juegos de azar es jurisdiccional, lo que significa que cada Provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen competencia en dicha materia, dentro de su territorio. Esta situación, requiere que todas las partes redoblen sus esfuerzos para unificar acciones que permitan una convivencia sana entre todos los actores involucrados.

Justamente ahí es donde veo a nuestro país como un caso de éxito, porque ha logrado superar las barreras jurisdiccionales para lograr la concreción de objetivos en común. Con esto no quiero decir que no existan oportunidades de mejora y cuestiones en las que es necesario trabajar con mayor profundidad, pero no hay que desconocer que se han logrado grandes hitos a lo largo del extenso camino recorrido en esta industria.

Por último, creo necesario destacar que es ALEA el terreno fértil en donde todas las partes vienen trabajando de manera federal, en la búsqueda de beneficios en común.

El juego online sin duda está creciendo a pasos agigantados, pero Argentina es un país con mucha tradición de juego presencial. ¿Hacia dónde cree que apunta el futuro de la industria en el país? ¿Debería focalizarse un tipo por encima del otro?

A mi entender, Argentina no está ajena a la realidad de otros países en cuanto a la evolución de los juegos de azar y de las preferencias de los consumidores. Con esto quiero decir que, si bien la tradición del juego presencial es muy fuerte, la modalidad online cobra cada vez mayor protagonismo.

En relación a focalizarse en un tipo de juego por encima de otro, considero que no debemos descuidar ninguna modalidad, o dicho de otro modo, debemos atender los requerimientos y necesidades de nuestro público en toda su amplitud, que hoy en día abarcan tanto a los juegos presenciales, como a los juegos online.

Durante las Jornadas Cibelae se habló mucho del combate contra el juego ilegal y clandestino. A su criterio, ¿cuáles son los principales peligros que implican estas prácticas?

El juego ilegal afecta a la industria legal y tiene consecuencias negativas sociales y económicas, que impactan significativamente en los países donde se practica. Entre las consecuencias negativas más relevantes, podemos mencionar que el juego ilegal afecta la salubridad de los menores de edad, ya que, al no existir ningún tipo de control en los sitos ilegales, no se restringe el alta de esos usuarios. Este es un tema muy preocupante que está muy presente en los medios de comunicación y sobre el que tenemos que trabajar en conjunto para solucionarlo.

Además, otro de los peligros que podemos mencionar es que las plataformas ilegales no tienen la obligación de cumplir con ningún programa de juego responsable, por lo que no hay una protección al apostador en los casos en que su vinculación con el juego sea problemática, ni tampoco se aplican campañas de concientización sobre el juego problemático, ni se implementan herramientas relacionadas con el juego responsable (como la autoexclusión por ejemplo).

A su vez, el juego ilegal también genera un impacto negativo para los Estados, quienes pierden la posibilidad de generar ingresos legítimos de fuentes legales, y por lo tanto disminuye la inversión en acciones que beneficien a la sociedad -salud, educación, deporte, infraestructura, etc.-.

Por otro lado, también existen consecuencias negativas que impactan sobre los propios apostadores, entre las que podemos mencionar a la seguridad del dinero y de los datos personales, la que no solo puede ser vulnerada por el propio sitio ilegal, sino que también existen riesgos de hackeo por parte de terceros, ya que estos sitios no cumplen con ninguna exigencia que les obligue a tener políticas y sistemas de seguridad de la información.

Además, afecta directamente a la confianza, al no existir garantías de que el juego no esté siendo manipulado, ni tampoco de que los apostares puedan percibir el cobro de los premios obtenidos. Estas son algunas de las tantas consecuencias que puede generar la ilegalidad en la industria.

Existen muchos modelos de desarrollo de loterías y reguladores de juego en el mundo, pudimos ver varios ejemplos durante las jornadas de hecho. ¿Cuál le parece el más indicado para un país como la Argentina?

Independientemente de la opinión que pudiera dar sobre las ventajas o desventajas de los distintos modelos regulatorios existentes, lo cierto es que el modelo que tiene Argentina (regulación por jurisdicción) es el único modelo posible, ya que el mismo surge de la conformación jurídica de nuestra Nación.

Tal como se dijo anteriormente, en nuestro país, al momento de adoptar como forma de gobierno el sistema federal, se sancionó el instrumento jurídico fundamental denominado Constitución Nacional. En la misma, quedaron plasmados los derechos y obligaciones constitutivos de nuestra Nación, con la salvedad de que, aquellos derechos que no fueran expresamente delegados por parte de los gobiernos provinciales y por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires –antecesores del gobierno federal- al gobierno nacional, serían conservados por los primeros mencionados.

Dicho de otro modo, el Estado Nacional solo tiene injerencia sobre aquellas materias que los gobiernos locales le cedieron, y la regulación de los juegos de azar no es una materia cedida al gobierno nacional. Por esta razón, la aplicación del modelo regulatorio federal no está en discusión porque no puede modificarse.

Ahora bien, la regulación federal sin dudas es un sistema que tiene cierta complejidad, ya que requiere de un consenso constante entre las distintas jurisdicciones para regular, controlar, y para generar un mercado que por su volumen sea más atractivo para todas las partes involucradas. Por esta razón, es crucial que las jurisdicciones trabajen juntas para superar las desventajas que nuestro sistema regulatorio genera.