Para Edinho Silva, alcalde de Araraquara y coordinador de comunicación del equipo de transición del presidente electo Luiz Inacio Lula da Silva, es “absurdo” que el país no obtenga ingresos de las apuestas deportivas.
"¿Cómo podemos hablar de niños sin escolarizar con la avalancha de apuestas que ha vivido Brasil, y que se hacen fuera del país sin ningún tipo de impuesto?", preguntó a los periodistas Fernando Mitre, André Basbaum, Lana Canepa y Rodolfo Schneider, de Canal Livre.
Para el coordinador, es necesario que Brasil busque nuevas fuentes de financiación para, entre otros, la educación, "que está en una situación terrible". Afirmó que hay sectores que no tributan, lo cual es absurdo. Cuando Schneider le preguntó qué sectores serían estos, Edinho fue categórico: "los juegos de azar".
Silva explicó que las apuestas deportivas se hacen en el extranjero, sin ninguna compensación para las arcas públicas, y señaló que "los estudios dicen que la regulación de los juegos generaría 23.000 millones de reales en el primer año. Con estos recursos, tendríamos un programa de compensación educativa para los niños que han estado fuera de las escuelas desde la pandemia", enfatizó.
Aunque no defendió la regulación del juego como un programa de Gobierno o del equipo de transición, el alcalde de Araraquara señaló que es una opinión personal que defiende. "Lo estoy defendiendo. No estoy en el equipo de transición del área económica, pero lo defiendo. Este dinero debería destinarse a la educación y a las infraestructuras educativas", expresó Silva.
El coordinador admitió que la cuestión es controvertida, pero no se negó a poner su opinión personal sobre el tema, sin confirmar si la regulación será defendida por el PT.
De todos modos, el político ya se había expresado en otras ocasiones sobre el tema, sin afirmar nunca que fuera una posición de partido. Y desde que asumió la coordinación, nunca aseguró que las acciones para la regulación de los juegos de azar y las apuestas deportivas serían tratadas directamente por el grupo de transición, liderado por Geraldo Alckmin, vicepresidente elegido en la candidatura de Lula.