Las autoridades de la provincia de Buenos Aires informaron que, a partir del lunes 14 de diciembre, se habilitará la apertura de las salas de los once casinos, y los cuarenta y cuatro bingos que funcionan en el territorio bonaerense.
Sin embargo, varias voces comenzaron a poner en duda dichas medidas, y desde Tandil se abrió el primer foco de conflicto, cuando empleados advirtieron que no están en circunstancias de abrir.
Si bien el funcionamiento incluirá solo al sector de las máquinas tragamonedas y solo se admitiría el ingreso de personas que no posean factores de riesgo en el marco de la pandemia de COVID-19, Juan Pablo Ibañez, de la comisión directiva de la Asociación Gremial de Administración, Maestranza, y Servicios de Casinos (AMS) aseveró que el casino “no está en condiciones de funcionar”.
Después de la difusión de la decisión provincial, reveló que empezaron a transitar el análisis sobre cuál será la modalidad apertura en los distintos casinos, porque aseguró que será parcial, sin mesas de juego, donde certeramente algunos no podrán abrir.
Ibañez indicó que aunque haya una fecha estipulada para volver, no significa que todos vayan a hacerlo ese mismo día, sino que será un proceso gradual.
“A la reapertura en Tandil la veo complicada”, admitió en una entrevista radial, y aseveró que el lugar “hoy no está en condiciones”. El gremialista estimó que será necesario ver hasta donde le exige el Estado a la empresa operadora y, a raíz de eso, cuánto demora la misma en poner el casino en condiciones para poder funcionar con los protocolos que ya fueron elaborados.
Recordó además que hace más de ocho meses que las salas están inhabilitadas, por lo que habrá que realizar varios acondicionamientos, y mencionó otro tipo de preocupaciones que se generaron desde los trabajadores, en relación al complejo y las exigencias para el retorno.
“No tiene ventanas, no se puede usar aire acondicionado, entonces hay que cambiar al estilo de ventilación y hay que realizar una serie de adaptaciones que indudablemente necesitarán de inversiones”, sostuvo.
Su razonamiento lo llevó a pensar y compartir que, en quince años, no se realizaron inversiones en la estructura edilicia, por lo que puso en duda la disposición de las autoridades a hacerlo ahora. Sin embargo, no descartó que así pudiera suceder, contemplando que la empresa a través del Estado “ponga manos a la obra” como para llegar a la apertura.
“Si me preguntan, en medio de la pandemia si el casino puede abrir, digo que no. No puede hacerlo por cuestiones edilicias y por insumos que debe poner a disposición”, explicó, insistiendo en que las reaperturas serían parciales.
Respecto de esta parcialidad, la determinación habilitó solamente el sector de máquinas en una capacidad del 50%, lo que en el caso de Tandil significa que estarán disponibles unas 116 máquinas de juego.
“Hay muchas cuestiones que todavía no están decididas porque es todo muy reciente, hay que recorrer cada establecimiento para ver las dificultades y cómo ponerlos en funcionamiento en este caso excepcional”, manifestó.
“Lo que nosotros queremos es que, si el Casino de Tandil abre, podamos darle la tranquilidad al trabajador y al apostador para que puedan venir con todas las medidas de salud necesarias”, finalizó, aclarando que la última palabra siempre estará en boca del Intendente de cada lugar, considerando el nivel de contagios.
Por otro lado, desde lo gremial, Ibañez reveló que estos meses han sido “muy duros”. Han tenido paritarias nacionales como todos los empleados públicos de la Provincia y en las sectoriales mencionó que alcanzaron un aumento de lo que ellos perciben por propina, porcentaje de máquina y bonificación compensatoria. Si bien aseguró que han podido mejorar un poco, también consideró relevante tener en cuenta el contexto que se atraviesa, con ocho meses de inactividad. “Se nos juntan dos ambigüedades de que queremos trabajar y queremos ganar más como todo trabajador”, dijo, admitiendo que no están tan mal, ya que saben que hay sectores que están peor.