Las apuestas en juegos de azar sumaron 1.998 millones de dólares entre enero y noviembre de 2018. La cifra, que no incluye las ventas de la Lotería Nacional de Beneficencia, es 3,5% inferior a la que reportaron los operadores a la Junta de Control de Juegos en igual período de 2017.
Con los números de noviembre, las apuestas en juegos de azar ya acumulan siete meses consecutivas con saldo negativo. Los gremios de operadores, como la Asociación Panameña de Juegos de Azar (Apojuegos), mantienen su posición al argumentar que el mal momento atravesado por este sector tiene sus orígenes en el impuesto de 5,5% que estableció el gobierno en 2015 para financiar el incremento a los jubilados y pensionados del país.
Tanto ante jugadas ganadoras como perdedoras, el apostador debe pagar el impuesto al momento de reclamar su premio o cambiar las fichas de las mesas de juego en la caja del establecimiento.
Por categoría de juegos, la caída fue más drástica en las mesas de apuestas, que sólo pueden operar en los casinos integrados, ubicados en los hoteles con más de 300 habitaciones. Hasta noviembre del año pasado, ese tipo de apuestas se redujeron un 27,6%, hasta los 119,8 millones de dólares, mientras que en las máquinas tragamonedas tipo A la merma fue de 1,5% y cerró en 1.780 millones dólares en apuestas.
Ante la caída en volumen de jugadores, en especial, extranjeros, se estima que 7 mil personas fueron cesadas de sus puestos de trabajo en casinos completos, salas de máquinas tragamonedas, bingos y casas de apuestas especializadas en eventos deportivos.
Vale recordar que el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela Rodríguez, vetó el mes pasado un nuevo impuesto del 5% de las ganancias netas anuales de las máquinas tragamonedas y centros de apuestas en casinos y salas de juego de todo el país. El proyecto 621 lo había aprobado en noviembre la Asamblea Nacional, a fin de financiar una parte del incremento a jubilaciones y pensiones.