El impuesto del 5,5% debe pagarlo el apostador al momento de cambiar sus fichas o créditos en la caja, haya ganado o perdido. La reducción de ingresos ocasionada lleva a los operadores a un recorte de gastos.
Antonio Alfaro, presidente de la Asociación de Administradores de Juegos de Azar (Asaja), informó que además de los 3.500 trabajadores de tiempo completo que despidieron los casinos, hay otros 2.500 colaboradores eventuales que ya no son requeridos, según publica el diario local La Prensa.
“El extranjero no quiere que se le cobre el impuesto y mucho menos cuando ha perdido. Y por eso dejaron de usar las mesas de apuestas y ahora lo estamos viendo en las máquinas tragamonedas”, señaló Alfaro. En el último año también disminuyó el consumo, por lo que el mercado doméstico también podría estar restringiendo el gasto en apuestas.
Por su parte, Yelitza Amador, secretaria ejecutiva de la Asociación Panameña de Juegos de Azar (Apojuegos), indicó que el cerco bancario que existe sobre el sector también alejó a clientes extranjeros. “Si un apostador viene a Panamá y gana una suma importante, la compañía no puede hacerle una transferencia, porque no cuenta con acceso bancario”, observó.
Si bien Panamá salió en 2016 de la lista del Grupo de Acción Financiera (GAFI), que incluye a países con deficiencias para frenar el blanqueo de dinero, la mayoría de los bancos en el país no abre cuentas bancarias a las empresas vinculadas al sector de apuestas.
El Banco Nacional de Panamá es hoy una de las pocas entidades que acepta dinero proveniente del juego de azar, pero para el pago de impuestos que deben hacer estas compañías a la Junta de Control de Juegos (JCJ).
La vocera de Apojuegos afirmó que están solicitando una reunión con la Intendencia de Supervisión y Regulación de Sujetos no financieros y la JCJ para conocer si existen investigaciones que involucren a empresas de juegos de azar con el lavado de activos, y explorar alternativas que permitan acceso nuevamente a los servicios bancarios.
Amador explicó que el impuesto del 5,5% afectó con más fuerza a las mesas de juegos, pero también a las tragamonedas tipo A y tipo C. Las primeras aceptan múltiples apuestas en una sola jugada, mientras que las tipo C tienen un límite en el monto que se puede apostar.
En los primeros ocho meses del año, las apuestas en las mesas de juego cayeron 27%, hasta los 88 millones de dólares. Entre enero y agosto se apostaron mil 470 millones de dólares, una caída interanual de 2,4%. Del total apostado, se pagaron 1.119 millones de dólares en premios. “En comparación con 2015, las apuestas en las mesas de juego han caído 55% y 11% en las máquinas tragamonedas”, detalló Amador.
Ante la queja de los operadores de juegos de azar por el impacto que tuvo el impuesto del 5,5%, Eric Ríos, secretario ejecutivo de la JCJ, comentó que es importante revisar la información de las empresas con los datos de la institución antes de hacer una valorización de esa carga impositiva.
Remarcó que el impuesto deja una recaudación de 50 millones de dólares por año y agregó que “no hay que perder de vista que se trata de un impuesto creado para hacerle frente al pago de las jubilaciones”.