De este total, 385 personas lo solicitaron ante la ASAJA, asociación que nuclea a 21 casinos y 26 salas. Las 115 restantes hicieron la solicitud ante la JCJ.
El presidente de ASAJA, Antonio Alfaro, dijo que, aunque la asociación implementó el programa de autoexclusión, no hay una ley que obligue a los casinos no agremiados a cumplir el deseo del ludópata.
Con esta iniciativa, los administradores de los casinos tienen derecho de sacarlos si llegan a ingresar a los locales.
La psiquiatra Juana Herrera, del Centro de Estudio y Tratamiento de Adicciones (CETA), del Instituto de Salud Mental, manifestó que a pesar de que hay un registro de las personas que han pedido ser vetados de los casinos y salas de juego, no hay una cifra oficial de cuántos ludópatas existen en el país.
Herrera explicó que la ludopatía es una adicción no química, ligada a los trastornos de control de impulsos como la piromanía y los trastornos alimenticios.
Este trastorno, que es tratado por especialistas en el CETA, se caracteriza por la obsesión, compulsión y la repetición continua de la actividad a sabiendas de que se auto destruye.
“Hay una fantasía en el ludópata de que si continúa jugando ganará. Piensa que está en una mala racha y no para hasta que lo ha perdido todo”, sustentó la doctora.