Fernández ha pedido "responsabilidad" a los administradores de lotería, a los que ha trasladado un mensaje de "tranquilidad" ante la reforma y ha asegurado que hay asociaciones que mayoritariamente apoyan el proceso y que "representan a más del 70 por ciento" del sector, frente a las tres que la rechazan, que son las que "históricamente" siempre se han opuesto a cualquier cambio.
Se trata de ANAPAL, FENAPAL y APLA, que se han agrupado en la denominada Mesa de Asociaciones, y que el próximo domingo celebran una asamblea, antes del cierre de los establecimientos que han convocado para el día 21.
Aunque Fernández no ha querido pronunciarse sobre la convocatoria al no haber recibido ninguna comunicación oficial, ha recordado que el cierre patronal "no está contemplado en la legislación".
La reforma, aprobada a través dos disposiciones adicionales de la Ley de Presupuestos Generales del Estado, establece que a partir del 1 de enero de 2010 la comercialización de este juego se regirá por las normas de derecho privado, con lo que se pasa de una relación administrativa a una basada en un contrato mercantil.
El actual "régimen casi feudal" está sustentado en normas "absurdas" del siglo pasado, tales como que los propietarios deben pedir permiso para tomar vacaciones o para cerrar un día, deben estar siempre presentes en el establecimiento y no pueden transmitir el negocio a sus herederos.
La reforma, "necesaria" porque la legislación europea de contratación así lo exige, prevé un cambio global y general de los puntos de venta, que "les resta obligaciones y les otorga derechos".
Los actuales administradores pueden optar por mantener la relación de concesión administrativa o por el nuevo contrato mercantil, que, según Fernández, les permite mantener una relación de igualdad con LAE, elegir entre ser titular como persona física o jurídica y poder trasmitir su negocio a familiares o terceras personas.
Además, el nuevo régimen les ofrece la posibilidad de participar en la distribución de productos a través de nuevos canales (Internet, televisión interactivo u otros).
Precisamente en este ámbito es donde la reforma ofrece una "novedad", que supone "una ventaja para los clientes y una ventaja añadida para nuestros gestores".
Las administraciones de lotería tendrán garantizada la distribución en exclusiva, como hasta ahora, de los décimos de lotería nacional que sean capaces de vender de forma tradicional, pero, además, van a poder ofertar a sus clientes a través de terminal otros números que no hayan sido distribuidos o vendidos.
Los clientes tienen, así, la posibilidad de acceder al número que deseen, aparte de los que tiene asignados cada punto de venta.
Según Fernández, "es convertir la lotería nacional en un producto a petición del cliente, no se trata de quitar nada, sino de ofertar más productos, como cuando la coca-cola de botella fue complementada con la coca-cola de lata".
"No va a haber más décimos en el mercado, va a haber más oferta de lotería nacional", ha insistido.
LAE pretende guardar el equilibrio entre la población y la red comercial, que en los últimos cinco años se ha reducido en cerca de 500 puntos de venta, mientras los habitantes han aumentado.