En uno de los establecimientos se encontró un grupo de jóvenes de entre 12 a 15 años, mientras las máquinas estaban escondidas en un cuarto en el interior de la casa.
El dueño del establecimiento, José Arnoldo Hernández, manifestó que ya había recibido varios avisos de la comuna; sin embargo, que no había tramitado los permisos porque la empresa que le arrenda las máquinas tiene ya más de un año de no cobrar las ganancias.