Fuentes de la Consejería señalaron que “la política fiscal en materia de juego está suficientemente explicada y la empresa la conocía antes de ser la adjudicataria”, al tiempo que recordaron que el Casino de Asturias es una concesión administrativa. Estas mismas fuentes aseguraron entender la petición de Palacio aunque insistiendo en que “la fiscalidad es la que hay”.
Respecto a una próxima reunión con el responsable del Casino, la Consejería señala que “en esta materia no se va a hacer nada”, aunque muestra su disposición a escuchar las peticiones y pensar sobre ello, sin que en ningún momento se plantee modificar o rebajar la fiscalidad.
Palacio aseguraba que los elevados impuestos que han de pagar a la administración hacen difícil la inversión para la mejora de la oferta y la calidad del Casino. Sin embargo, desde la Consejería se apunta a otras razones que pudieran hacer inviable la pervivencia de la instalación. “Eso es un problema de gestión que tendrán que resolver”, apuntaron fuentes del organismo, que también dudan de que la viabilidad del proyecto radique única y exclusivamente de la fiscalidad.
En otras comunidades autónomas como Madrid, Cataluña o Andalucía ya se han rebajado los tributos que tiene que pagar el sector del juego, algo que el director del Casino de Asturias considera imprescindible que también se produzca en la región que, por otro lado, sólo cuenta con un equipamiento de estas características. Para Palacio esta situación impide ser competitivo respecto a otras comunidades y dentro del propio sector del juego que necesita continuas inversiones. El Casino, además, quiere ser referente turístico de la región.