Para los que impulsan el programa, la Asociación de Administradores de Juegos de Azar (ASAJA) y la Asociación de Ludópatas Anónimos de Panamá (ALAPA), “hay avances positivos”.
Antonio Alfaro, presidente de la ASAJA, reveló que hasta la fecha han identificado a tres ludópatas que han burlado la seguridad, y los mismos fueron retirados de los casinos sin problema alguno.
Explicó que inmediatamente remitieron un informe a la ALAPA sobre el caso.
El empresario cuestionó el hecho de que en algunos países la iniciativa la toma el Gobierno y no los operadores ni los afectados, el cual destina un porcentaje de recaudación de la industria para la rehabilitación de estas personas.
Inclusive, señaló que la publicidad del programa está disponible para los jugadores en los propios casinos.
Por su parte, Dianitza Franchi, de la ALAPA, coincidió con Alfaro en que es necesario que el Gobierno se integre más al tema de los ludópatas para ayudarlos a rehabilitarse.
Consciente del proceso de atención a los afectados, dijo que es necesario que la ALAPA cuente con fondos y con el espacio adecuado. Además, hizo enfásis en la promulgación de una ley que atienda la ludopatía.
Se calcula que durante el 2006 se pagó a los jugadores unos 527 millones de dólares en premios.
La actividad ganó $33 millones después de pagar los premios, el derecho de administración a la Junta de Control de Juego, el alquiler a los hoteles, y salarios, entre otros gastos.