El proyecto de ley presidencial cuya primera lectura fue aprobada por la legislatura el 15 de noviembre pasado, pretende el establecimiento de un nuevo régimen de regulación estatal del negocio del juego. También estipula que el país no puede tener más de cuatro zonas de juego funcionando en forma simultánea dentro de su territorio.
Habrá dos tipos de zonas de juego: "residenciales" y "especiales". En la zona residencial, un casino debería estar asignado a no menos de 800 metros cuadrados y 100 metros cuadrados para máquinas de juego, mientras que las zonas de juego "especiales" deberían estar ubicadas fuera de las áreas residenciales.
Un centro de juego está autorizado a comenzar sus actividades en caso de que se le brinde una licencia especial, emitida por un término de cinco años. El proyecto de casinos también presenta ciertas restricciones a las actividades de casinos y prohíbe el juego a los menores de edad.
Solamente las entidades jurídicas rusas apoyadas por entidades jurídicas no municipales y no gubernamentales, con activos de no menos de US$ 22,8 millones pueden organizar centros de juego en Rusia, de acuerdo al proyecto. Todas aquellas instituciones de juego que no cumplan con la nueva ley deberían cerrarse a partir del 1 de julio de 2007. Todos los casinos que cumplan con los requisitos de la ley, en tanto, pueden continuar sus actividades dentro del territorio ruso sin necesidad de una licencia especial hasta el 1 de agosto de 2009.
El presidente Vladimir Putin ordenó a los legisladores y al gabinete que pongan fin a la proliferación de salas de juego y slots dentro del país luego de una entrevista televisada con ciudadanos rusos en septiembre de 2005.
En realidad, fue el mismo Putin quien implementó estas instrucciones, al presentar una nueva ley de juego a la legislatura estatal el 6 de octubre. El documento fija reglas, que fueron probadas en muchos países, con el objetivo de debilitar al máximo el impacto y las consecuencias sociales negativas de este negocio y su despenalización.