En el mundo, unos 448,7 millones de adultos podrían estar afectados en su entorno personal, familiar, laboral o financiero por la adicción al juego, en tanto que 80 millones ya padecen un trastorno de adicción a esta actividad.
Así lo reveló un informe publicado por The Lancet Public Health, para el cual se reunió a un grupo multidisciplinario de expertos en juegos de azar y que analizó literatura, datos disponibles sobre los daños del juego y realizó un metaanálisis de la información encontrada.
En términos generales del juego, el estudio calcula que el 46,2% de los adultos y el 17,9% de los adolescentes a escala mundial habían participado en juegos de azar en el último año o han tenido experiencias ocasionales de al menos un síntoma conductual o consecuencia adversa del juego. Además, se estima que el 10,3% de los adolescentes han jugado en línea, lo que para los expertos es digno de mención, “dado el acuerdo generalizado de que el juego comercial entre los adolescentes debería estar prohibido”.
En términos de ludopatía o juego problemáticos, solo un 1,4% de individuos se clasifica como ludópata problemático. A su vez, se estima que el 5% de las mujeres y entre el 11,9% de los hombres experimentan ludopatía de cualquier riesgo, y que el panorama epidemiológico está cambiando, con un número considerable de mujeres y jóvenes que participan.
Según las proyecciones de los expertos, la adicción al juego podría afectar al 15,8% de los adultos y al 26,4% de los adolescentes que juegan utilizando productos de casino o tragamonedas online, y al 8,9% de los adultos y al 16,3% de los adolescentes que juegan utilizando productos de apuestas deportivas. Además, prevén que las pérdidas netas de los consumidores alcancen casi USD 700.000 millones en 2028.
A partir de estos hallazgos, los expertos opinaron que el juego representa una amenaza para la salud pública e instaron a las autoridades políticas de todo el mundo a tratar al juego como se trata a a otros productos adictivos y nocivos para la salud como el tabaco o el alcohol.
“El juego no es una forma común de ocio; puede ser una conducta adictiva y perjudicial para la salud. Los daños asociados con el juego son de amplio alcance y afectan no solo a la salud y el bienestar de las personas, sino también a su riqueza y sus relaciones, a sus familias y comunidades, y profundizan las desigualdades sociales y de salud”, aseguró el informe.
También destacaron la expansión mundial del juego, pues hoy en día ya no es necesario desplazarse a un casino o sala de bingo, sino acceder desde el celular, lo que pone en riesgo aún más a los adolescentes.
En esta línea, el informe ofrece recomendaciones para prevenir y mitigar la amplia gama de daños asociados con el juego como, por ejemplo, que se establezca una regulación eficaz del juego en todos los países y que ésta reduzca la exposición de la población a través de prohibiciones o restricciones del acceso, la promoción, la comercialización y el patrocinio.
Finalmente, los expertos solicitaron que se proporcione apoyo y tratamiento asequibles y universales para los daños causados por el juego, junto con campañas de sensibilización sobre dichos daños; que las protecciones reguladoras incluyan a los niños y jóvenes, con requisitos de edad mínima e identificación obligatoria; que se apliquen medidas efectivas de protección del consumidor, como la autoexclusión universal; que se regulen los productos proporcionales al riesgo de daños; y que se implementen medidas que restrinjan el consumo de juego, como límites de depósito y apuesta aplicables, entre otras acciones.
Para conocer el informe completo, visite este enlace.