A la hora de analizar la posible reapertura del sector, Yelitza Amador señala que han trabajado “en un protocolo realmente extenso, pero necesario, porque es para salvaguardar la salud de los colaboradores dentro de las instalaciones, y ofrecerles un manual claro de los procesos y protocolos que deben implementar desde su residencia hasta su puesto de trabajo, dentro de la sala y en el regreso a sus casas”.
“Estos protocolos ya fueron remitidos por la Junta de Control de Juegos de Panamá al Ministerio de Salud”, aseguró Amador, y consideró que “puede servir de modelo para muchas otras empresas y entre todos, salir adelante de este proceso de la nueva normalidad”.
La representante de Apojuegos aseguró que no cuentan con fechas estimadas para el reinicio de las actividades de los casinos, y que la reapertura sería “gradual y por regiones”. “Hace tres semanas pensábamos que sería una apertura más general, pero si bien las cosas se han complicado un poco, estamos organizados y cada operador tiene la dinámica necesaria para poder aperturar de acuerdo a lo que indique el Ministerio de Salud. En este momoento, creo que este proceso se dará por regiones, aunque cabe aclarar que el protocolo funciona igual para todos y es de estricto cumplimiento”, agregó.
En cuanto a la recaudación y las consecuencias de la crisis sanitaria, Amador resaltó que no están “ni cerca de lo que se operó en 2019, y estaríamos en el orden del 2015, que fue el año más crítico de la industria: para los operadores, el golpe es durísimo”.
“Es un escenario muy difícil, y en honor a la verdad, no vislumbramos que las operaciones tengan una pronta estabilización. Estimamos que las consecuencias de esta crisis se extenderán para nuestro sector hasta el año 2022, en el mejor de los casos”, agregó la representante de Apojuegos.
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