La falta de avances se da a pesar de que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, lleva un año ofreciendo facilidades. De hecho, durante el pasado ejercicio aprobó una ley para que pudiera salir adelante. Se trata de la famosa “LEGIO”, la Ley Extremeña de Grandes Instalaciones de Ocio. Cora Alpha prevé desarrollar el proyecto en tres fases a lo largo de 20 años, y estima una inversión total de 13.700 millones.
El lugar elegido fue Castilblanco, en La Siberia Extremeña, una población que cuenta con poco más de 900 habitantes y donde John Cora (director de la compañía) quiere construir un parque acuático, varios hoteles, casinos, un campo de golf, un puerto deportivo y un estadio para 20.000 personas, sobre una superficie de 1.200 hectáreas. Además de un área comercial, otra de restauración, un helipuerto y una zona residencial de 2.000 viviendas. Se habló incluso de una estación de tren de alta velocidad.
Tanto gustó el proyecto en la comunidad autónoma que, en enero de 2019, se presentó en el stand de Extremadura en Fitur. Pero durante la feria, la promotora explicó que la construcción empezaría a fines 2019, para que el complejo pudiera abrir sus puertas en 2023, mientras que la segunda fase arrancaría en 2028.
Hablaron entonces de que estaban en reuniones para conseguir financiación para la fase uno, aunque los avales estaban en regla, pero para el resto de fases se mostraron abiertos a nuevos inversores. Ya en enero aportaron documentación, pero pidieron aplazar las fechas y fue en agosto, cuando los representantes de la empresa Cora Alpha presentaron en el registro de la Junta de Extremadura toda la documentación necesaria. Allí reafirmaron que se seguía trabajando en las fechas previstas, además de elevar a 15.000 los puestos de trabajo que crearían en los primeros cinco años.
Un mes después, Elysium City fue presentado oficialmente en el “Día de Extremadura” ante los medios de comunicación, alcaldes y concejales, así como grupos de interés e inversión.
Nadie habla desde entonces. Pero las obras tendrían que haber empezado a fines del pasado año. Lo último que se sabe es que el presidente extremeño informaba hace unos días que la empresa tiene que aportar todavía “alguna documentación más” para que empiecen a correr los tiempos que marca LEGIO.
La LEGIO (aprobada en el Pleno de la Asamblea de Extremadura con los votos a favor del PSOE) fue duramente criticada por la oposición (PP y Ciudadanos) en concreto, por adaptar la ley a un proyecto empresarial que, según ellos, no llegará nunca. De hecho, hay quienes piensan que el objetivo inicial del verdadero hombre que está detrás del proyecto, Francisco Nuchera, era recalificar el terreno.