Luego de que el presidente Juan Carlos Varela aprobó en 2015 un aumento en las pensiones monetarias que reciben los jubilados y pensionados del país, la industria de las apuestas y juegos de azar vive una fuerte caída del negocio.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República revelan que de enero a febrero los ingresos por apuestas brutas (incluye premios pagados) descendieron en 6,9% en promedio, y un 5,8% en máquinas tragamonedas. En contrapartida, los sectores de salas de bingo elevaron sus ingresos un 8,2% y las salas de apuestas de eventos deportivos en 22,2%. Mientras que los ingresos por apuestas netas (excluye premios) disminuyeron en 7,5%, específicamente las máquinas tragamonedas un 7,5%, mientras se reportó una variación positiva en las salas de bingo de 21,4% y salas de apuestas de eventos deportivos en un 23,1%.
Los expertos sostienen que la disminución se debe al cumplimiento del impuesto de 5,5%, que financia el ajuste a los jubilados y pensionados. Según el impuesto, aunque la persona gane o pierda debe pagar el tributo, lo que alejó a los clientes. Eso también ha influenciado en que en los últimos cuatro años, la industria se haya visto forzada a despedir a cerca de 6.500 trabajadores, e incluso el efecto derivó en el cierre de casinos y salas de juego.