Como informó Yogonet el mes pasado, el titular del ente regulador de Filipinas, PAGCOR, había confirmado la licencia para el proyecto de USD 500 millones de Galaxy Entertainment, en sociedad con la firma local Leisure and Resorts World Corp, a pesar de que los ministros de Interior, Medio Ambiente y Turismo sugirieron un año de clausura del sector turístico en la isla.
El lunes, el presidente Rodrigo Duterte se inclinó por esa postura, e incluso anunció su intención de firmar una proclama según la cual Boracay sería declarada en estado de calamidad, para que la región reciba ayuda financiera, pero no destinada al sector de complejos hoteleros o de entretenimiento, según publica el sitio Casino News Daily.
Duterte también describió a la isla de Boracay como un área de reforma agraria y se comprometió a cederla a los agricultores locales, bajo el argumento de que, por ley, la isla debe estar compuesta principalmente por bosques y tierras agrícolas.
En marzo, el Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Filipinas (DENR) reveló que el proyecto de casino integrado propuesto no está en línea con la decisión de las autoridades locales de cerrar la isla para llevar a cabo la limpieza medioambiental que se había anunciado anteriormente.
A pesar de que Galaxy Entertainment Group y su socio filipino ya recibieron una licencia de casino del regulador del juego del país, ahora tendrían que solicitar un certificado especial de cumplimiento medioambiental (ECC) para comenzar las obras de construcción.
Por su parte, el secretario de medioambiente Roy Cimatu aseguró la semana pasada que está en contra de la construcción del casino en Boracay, que cerrará sus playas por un período de seis meses a partir del 26 de abril. La fecha de inicio para la limpieza medioambiental fue confirmada por el presidente Duterte, quien confirmó el cierre de todas las instalaciones de alojamiento y atracciones turísticas durante ese período.