La Cámara de Diputados de la provincia se encuentra abocada al estudio de las resoluciones que durante la gestión Fellner dieron vía libre a la construcción del ostentoso casino. El objetivo es claro: evitar la apertura de la sala de juegos sin que esto genere una pérdida de dinero para la provincia a raíz de demandas judiciales.
El municipio, por su parte, se suma como un nuevo obstáculo para la apertura del casino. Según afirmó el intendente Raúl Jorge, las autoridades municipales consideran que la sala de juegos no reúne los requisitos para funcionar en el ámbito de la Capital.
“Tuvimos que actuar cuando se decidió relocalizar una sala con permisos desde el Banco de Acción Social; sin embargo sufrimos presiones desde lo legal, respecto de la validez de resoluciones, decretos y leyes”, indicó Jorge.
La desmesura del fastuoso edificio de máquinas tragamonedas parece ser la clave del rechazo unánime: la dirigencia ha visto al edificio como una apología de una enfermedad mental como la ludopatía. Una sala con centenas de máquinas tragamonedas en el corazón financiero de Jujuy, a metros de cinco cajeros automáticos, no parece lo más apropiado.
El jefe comunal reconoció que existe un vacío legal sobre el tema. En función de ello, opinó que la discusión debe asentarse en la legislación que rige en el país. Fuera de los límites provinciales la regulación y los controles al juego son más duros.
Todo el debate hace presumir que el debate se definirá en la justicia. Mientras tanto, el Casino de la Alvear deberá permanecer con sus puertas cerradas.