"Hice una propuesta que entregué al ministro Berzoini para que el Gobierno haga examinar de forma preliminar este proyecto, que sé que es polémico", señaló Alves en declaraciones recogidas por la Agencia Brasil.
El ministro de Turismo aseguró haber estudiado las legislaciones que regulan los juegos de azar en diversos países, como España, Argentina o Portugal, antes de llevar a cabo su propuesta. De acuerdo con el funcionario, su propuesta está siendo aún discutida de manera interna por el Gobierno de la presidente Dilma Rousseff.
Uno de los argumentos que esgrime el Ministro para un cambio de legislación es que los juegos de azar son legales en la mayor parte de los países que forman parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"De los 194 países que componen la ONU, 156 tienen legalizados los juegos de azar; y de los que no lo tienen, el 70 % son países islámicos, en los que existe un sentimiento muy radical en relación a la legalización del juego", apuntó.
Previsiblemente, la legalización de casinos y bingos favorecería el aumento del turismo en el gigante suramericano, que el año pasado, con apenas 6,4 millones de turistas, registró su récord histórico de visitantes, gracias en gran medida a la celebración del Mundial de Fútbol.
Este incremento del turismo ayudaría a paliar la actual crisis económica que sufre Brasil, cuya economía, según las últimas proyecciones de los analistas, se contraerá un 3% en 2015 y un 1,22% en 2016, con lo que registrará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1948.