Esta decisión confirma las declaraciones del secretario de Estado portugués Adolfo Mesquita Nunes cuando en junio confirmaba que "la nueva ley del juego empezará a ponerse en marcha a últimos de 2014".
Aunque la mayoría de los detalles sobre esta decisión legislativa en Portugal serán definidos durante las próximas semanas, hay unos cuantos puntos clave que se conocen desde hace meses.
Una vez que el proyecto de ley sea aprobado y la legislación se convierta en efectiva, la industria del juego en Portugal operará dentro de un mercado del juego limitado controlado por la Inspecção Geral de Jogos (IGJ), el organismo de regulación del juego portugués.
Los operadores interesados en ofrecer servicios a los jugadores portugueses tendrán que establecer una filial en Portugal, así como hacer una petición al ICJ para solicitar la licencia de juego específica, valedera para tres años, además de cumplir con precisión los requisitos técnicos, financieros y administrativos que se imponen, incluyendo un capital mínimo de 250.000 euros, así como la necesidad de ofrecer servicios desde un dominio (.pt).
Durante las últimas semanas, se conocía los detalles de los niveles impositivos que se aplicarían a los operadores, que se suponían en una franja que va desde el 15 hasta el 30 por ciento de los ingresos totales de juegos de azar y apuestas ecuestres, y desde el 8 al 16 por ciento en los ingresos producidos por las apuestas deportivas.
Los altos porcentajes propuestos han suscitado la preocupación entre los operadores, que sin embargo, esperan que se lleguen a proponer enmiendas con el fin de rebajar la fiscalidad y hacer el mercado portugués más rentable.