En concreto, el año pasado se gastaron en el País Vasco 806,7 millones de euros en juegos de gestión privada (casinos, bingos y tragamonedas), un 9,6% menos, y otros 526,8 millones en juegos de gestión pública (loterías y apuestas del Estado), lo que representó una caída interanual del 0,5%. A ello hay que unir los 60,2 millones que se gastaron los vascos en jugar a la ONCE, un 4,1% menos que en 2008.
El valor medio de las cantidades jugadas por habitante se situó en los 641 euros, un 6,8% menos que en 2008, con un descenso más acusado en los de gestión privada (un 10,2% menos, hasta los 317 euros anuales) que en las loterías estatales (24 euros de media, un 1,2% menos) y los boletos de la ONCE (un descenso del 4,8%, hasta los 27 euros).
Los ingresos tributarios por el juego privado bajaron un 11,3%, hasta los 65,6 millones.