as máquinas operaban en los barrios Villa Ortega, Las Malvinas, Las Chinas y Villa Vilorio, todos ubicados en la zona norte de Hato Mayor. Explicó que los propietarios permitían el acceso de menores, muchos de los cuales delinquían en los barrios, para “ir a dejarle el dinero a los capciosos propietarios de los tragamonedas”.
Santana Montero denunció que estos tipos de negocios incentivan la delincuencia y el narcotráfico y aleja de las escuelas a menores de edad. Advirtió que no tolerará que las máquinas vuelvan a operar en barrios de Hato Mayor.
Aunque no lo identificó, dijo que las máquinas eran propiedad de un coronel de la policía oriundo de San Pedro de Macorís.