Los problemas detectados por el Ayuntamiento, además de que la instalación carece de licencia, son varios. El primer problema radica en la terraza-discoteca que desde hace tiempo se instala en el jardín del hipódromo al término de las carreras nocturnas. Las fiestas, pobladas de adolescentes, tienen un éxito absoluto en verano. Pero según el expediente "no se permite dicho uso". También funciona el hipódromo como espacio para celebrar bodas y banquetes, pero tampoco consta esa actividad en la licencia que solicitaron y se denuncia en el expediente.
Para todo ello, alega un portavoz del hipódromo, "se ha solicitado ya licencia y se está tramitando". "Pero no tenemos noticia, hasta la fecha, de la orden de cese de actividad", insistió el representante de la gestora, que aseguró que se están siguiendo los pasos pactados con el Ayuntamiento para legalizar la situación. Hasta hace poco, el recinto ha funcionando con prórrogas provisionales.
Además, debido a las lentas obras de reforma que se hacen en el lugar, desde hace cuatro años se han instalado gradas móviles y carpas para acomodar al público. El graderío y la cubierta original diseñada por el ingeniero Eduardo Torroja se están rehabilitando todavía. Pero la licencia para dichos elementos provisionales ha expirado ya y el Ayuntamiento no ha concedido ninguna otra prórroga a la empresa pública que gestiona el espacio propiedad de Patrimonio Nacional.
La orden redactada por los funcionarios de Urbanismo no deja lugar a interpretaciones: "De no acatar la presente orden de cese de actividad se procederá al precintado de las instalaciones y a la retirada de los materiales y de la maquinaria". Pero el Ayuntamiento considera que el hipódromo puede recurrir e incluso obtener la legalización de su situación pronto a través de la licencia que ya ha solicitado. Por tanto, no tiene ninguna intención de precintar el local, como señalan sus técnicos.