Este año, los vendedores de lotería tienen la posibilidad de aumentar sus ingresos porque la JPS decidió realizar 20 sorteos adicionales de chances, uno de sus juegos más vendidos y caros.
Esto quiere decir que si un vendedor coloca 100 enteros en cada uno de los sorteos adicionales de chances, se queda con una ganancia de ¢440.000 (U$S 865).
Pese a esta ventajosa situación, los jugadores todavía tienen que comprar la lotería más cara en muchos lugares o aceptar números que no desean para obtener el que quieren. Por lo general, la especulación aumenta para los sorteos extraordinarios (como la lotería navideña y el gordito de julio). Sin embargo, en la zona rural los revendedores mantienen los sobreprecios todo el año.
Durante el año, la JPS realiza 38 sorteos ordinarios y 13 extraordinarios de lotería, así como 74 sorteos ordinarios y 20 extraordinarios de chances.
La Junta estima que cada uno de los 2.400 chanceros oficiales retira en promedio 100 enteros para la venta. La devolución apenas es cercana al 4%.
Si vende todo el producto, cada chancero obtiene una ganancia anual de casi ¢4,2 millones (U$S 8.264). A ese monto se debe sumar lo que obtiene por vender Raspaditas y Tiempos.
Así, por ejemplo, el vendedor se gana ¢385 (U$S 0.75) por cada entero de lotería ordinaria y ¢3.300 (U$S 6,49) por cada entero del gordo navideño.
Todo el año. A diferencia del Valle Central, en la zona rural del país la lotería y los chances se venden a un precio mayor que el oficial durante todo el año y no sólo durante los sorteos especiales.
Francisco González, vicepresidente de la JPS, explicó que esta situación obedece a que la mayoría de personas que ofrecen lotería en la zona rural son revendedores no autorizados. Por ejemplo, en Ciudad Quesada sólo hay nueve chanceros oficiales, pero hay 32 personas que ofrecen los juegos de azar de la JPS.
Miguel Vega, uno de los revendedores de ese lugar, dijo: “Aquí los viernes y sábados los concesionarios no trabajan porque ya han colocado su producto entre los revendedores y clientes”.
Fernando González, chancero oficial de Ciudad Quesada, aseveró que hay revendedores que ganan más que los vendedores autorizados por la Junta.
Sergio Ramírez, presidente de la JPS, explicó que muchos vendedores oficiales toman parte de la lotería que les corresponde para colocarla entre revendedores. Ellos “cobran” por ceder sus billetes a un monto equivalente a una ganancia del 7% sobre la venta de esa lotería.
Mientras tanto, el revendedor eleva el precio del producto para aumentar su propio margen de ganancia. La JPS no puede sancionarlo porque la ley sólo permite castigar al chancero oficial.
“La única forma de evitar esto es con una tercera emisión (ahora sólo hay dos emisiones en los sorteos ordinarios) pues así habrá más producto e incluso algunos revendedores pueden pasar a ser oficiales. Para ello requerimos que el Congreso apruebe una nueva ley que quitará el impuesto al plan de premios”, resaltó Ramírez, quien se refiere al tributo que, en la actualidad, debe pagar la JPS sobre todo el plan de premios aunque no se vendan todos los enteros.
Ramírez estimó que, en las actuales circunstancias, se corre el riego de que la institución quede desfinanciada en caso de que no se logre vender la tercera emisión.
Debido a lo anterior, la Junta propone modificar la forma de pago del impuesto, de modo que el monto a cancelar se calcule con base en la lotería vendida.