El objetivo de este proyecto es eliminar la práctica de lavado de dinero, que se daría a través de la venta de billetes de lotería y del cobro de los premios.
El directorio de la Caixa afirma que la propuesta le quitará viabilidad al sistema de loterías, ya que aumentaría el tiempo de atención al cliente y los costos operacionales, lo que causaría una baja en el volumen de apuestas y en la recaudación.