Los territorios delimitados por el Kremlin para el traslado de salas de juego y casinos son las regiones de Altai, Primorye, Kaliningrado y un área periférica entre Rostov y Krasnodarsk, en el distrito sur de Rusia.
Según el decreto presidencial, estas zonas deberán instalarse sólo en las afueras de los poblados y en terrenos no pertenecientes a sus moradores, indica un comunicado del servicio de prensa de la Presidencia.
Putin entregó a inicios de octubre a la Duma estatal un proyecto de ley para el control del negocio de los juegos, cuya versión recibió el respaldo de los diputados el 20 de diciembre en tercera lectura. El Consejo de la Federación dio su visto bueno al texto el 27 de diciembre pasado.
La ley cobra fuerza tras ser promulgada por el presidente ruso y contiene, además, como anexo, un ordenamiento especial para la implantación de ese mecanismo en la Federación.
El primer paso hacia una abatida contra los casinos y salones de juego en Moscú fue la prohibición, instituida por el parlamento ruso, de la entrada de menores a esas instalaciones, asociadas en su mayoría con la mafia y lavado de dinero.