En dicho contrato, Thunderbird IEG (empresa postulante en la V Región) compromete el pago de cerca de U$S 2,4 millones por terrenos ubicados en el resort (una superficie algo inferior a 2 hectáreas), en caso de adjudicarse el proyecto de casino, en el que pensaba invertir cerca de U$S 13 millones.
La cláusula que complica a Thunderbird es la décimo tercera, que establece que “si cualquiera de las partes se desistiere del negocio, o por causas imputables a esa parte no se pudiera llevar a efecto en la forma estipulada”, pesa sobre ella una multa de 20 mil UF, o sea, poco menos de U$S 700 mil.
Previo a esto, la empresa incumplidora, en este caso Thunderbird IEG, tendrá un plazo de 30 días desde que sea notificada por su incumplimiento para iniciar el procedimiento de arbitraje. Si esto no ocurre, el pago de la multa operará sin necesidad de intervención arbitral.
Ni Thunderbird ni Inmobiliaria San Alfonso del Mar, ligada a la familia Fischmann, quisieron referirse al tema, argumentando que existe un acuerdo de confidencialidad entre las partes, en virtud del mencionado contrato.
El 1 de septiembre del año pasado, la Superintendencia de Casinos de Juego notificó a Thunderbird que ninguna de sus seis sociedades postulantes (incluida Thunderbird IEG) había cumplido los requisitos. A diferencia de todas las otras sociedades postulantes, incumplió con el requisito de pagar el 50% del capital social al momento de las distintas constituciones societarias.
Actualmente, el proceso de entrega de licencias está paralizado en la V Región, por una acción judicial de Thunderbird.