Según lo informado por los organizadores, al igual que sucediera en Torremolinos durante las dos últimas décadas, la Feria de Málaga se ha visto “presionada” por una demanda de suelo que superaba la oferta disponible.
“Afortunadamente -comenta la directora Blanca Plaza-, aquí no tendremos que poner carpas como en Torremolinos, porque todavía disponemos de un segundo pabellón; que muy probablemente abriremos el próximo año. De momento, estamos trabajando para integrar en la feria a las empresas de la lista de espera, y lo haremos intentando incluirlas en los stands de las Comerciales, o en los espacios que podamos segregar de otros expositores a quienes les estamos pidiendo ese favor”.
“Nuestro objetivo es que nadie se quede fuera, máxime si tenemos en cuenta que en esta edición celebraremos nuestras Bodas de Plata con una feria (25 años) que se convertirá en la mejor de la historia del sector”, finalizó Plaza.