El nuevo sistema limitará el número de casinos Regionales, Grades, y Pequeños a ocho en cada categoría durante la primera fase. De acuerdo a la información oficial del Departamento, esto es "para asegurar que el riesgo de incremento en ludopatía se minimice mientras que se permite una medición real del impacto" de los casinos.
El ministro del área, Richard Caborn, explicó a miembros del Parlamento que había decidido extender el límite de los mega-casinos a todas las clases. Ahora, entonces, se permitirán sólo 24 casinos hasta después del 2010. Además, los ya existentes no podrán implementar máquinas de altos pagos por cinco años.
No se permitirán más casinos a menos que la Comisión de Juego aconseje que la introducción de los nuevos no haya llevado a un incremento de la ludopatía y el Parlamento lo apruebe. El dictamen de la comisión no se dará antes de tres años después de haber otorgado las primeras licencias. Los primeros casinos nuevos se abrirán en 2007.
La ley original proponía entre 20 y 40 casinos nuevos.
La ubicación se decidirá en un proceso de dos etapas: en la primera el Gobierno nombrará a un panel independiente para aconsejar sobre localidades. "El Panel identificará áreas teniendo en cuenta la necesidad de testar el impacto en un rango de localizaciones diferentes. También dará un buen rango de distribución geográfica. Realizará una lista de ocho zonas recomendadas para cada categoría de casino. Esta lista se completará para fines del 2006", dijo el DCMD.
El Secretario de Estado tomará en cuenta las consideraciones del Panel y luego de consultar al Ejecutivo Escocés y a la Asamblea Galesa se decidirán finalmente qué lugares tendrán nuevos casinos.
En la segunda etapa se licitarán las licencias en esas áreas. La elección tendrá en consideración factores como la creación de empleo, el potencial de regeneración de la zona, el diseño, los compromisos de inversiones propuestos, la facilidad de acceso al lugar y el rango de servicios que se ofrezcan.
"La prioridad absoluta de la Ley es proteger a los niños y la gente vulnerable. Por eso adoptamos una aproximación cautelosa, escuchando a las preocupaciones de la gente y respondiendo a ellas", dijo el ministro Caborn.
Y agregó: "El nuevo sistema nos permitirá medir el nivel de impacto en cuanto a ludopatía en diferentes lugares. Nos dará una forma objetiva de decidir la localización de nuevos casinos. También mantiene el espíritu de la ley: que la gente local tenga la última palabra".
Los cambios fueron criticados, sin embargo. John Whittingdale, ministro de Cultura del gabinetes de las sombras de la oposición, dijo que "el anuncio es otra humillante retirada para le Gobierno. En vez de la intención inicial de la Ley, que era liberalizar las leyes de juego, se ha creado un régimen aún más restrictivo que el de ahora. No ha habido consultas acerca de esta decisión gubernamental de limitar los casinos. Todo el proceso ha quedado en ruinas".
Y Penny Cobham, cabeza de la Asociación de Casinos Británicos (BCA), acusó al Gobierno de "ignorar" a la industria. "Ahora esperamos que el Parlamento arregle esto y devuelva el balance que cree un campo de juego igualitario para las compañías británicas. Durante 40 años hemos tenido un nivel de integridad que nunca fue cuestionado y ahora el Gobierno ha retirado la alfombra de bajo nuestros pies".
Otras voces, como el Ejército de Salvación y la Iglesia Metodista, se expresaron a favor de la medida.