as empresas bancarias American Express y Citigroup han prohibido el uso en el Reino Unido de sus tarjetas de crédito para apostar en casinos que operan a través de Internet, con el fin de proteger a terceros clientes de deudas, fraudes y blanqueo de dinero.
La medida, que se aplica ya en los Estados Unidos, afecta a millones de británicos y coincide con el anuncio del Gobierno de Tony Blair, de levantar buena parte de las restricciones que pesaban sobre la industria del juego.
El propio responsable de la industria del juego en el ministerio de Cultura y Deportes, Lord McIntosh of Haringey, trató de dar seguridad a sus conciudadanos al señalar que él mismo no daría el número de su tarjeta de crédito a un portal extranjero, pero que no pondría reparos si se tratase de un portal británico.
Entre las motivaciones atribuidas al Gobierno británico, acusado por sus críticos de fomentar la industria de las apuestas, está la esperanza de recaudar al año el equivalente de 390 millones de euros en impuestos al sector. Pese al anuncio de ese proyecto de ley, que entraría en vigor el próximo año, y que según el Ejecutivo, incluye precisamente garantías contra eventuales fraudes, los dos bancos citados han dicho que no tienen planeado alterar su política respecto al juego.