Tras el cambio de legislación en la península

Sielcon y Azartron exportarán tragamonedas argentinas a Italia

23-09-2004
Tiempo de lectura 2:52 min
(Argentina).- Los primeros embarques de slots argentinas a salas de juego de toda Italia se concretarán en las próximas semanas, y de acuerdo a las estimaciones hechas por los empresarios, tras la apertura de este mercado podrían llegar a enviarse hasta 30.000 slots al año.

El mes próximo, dos firmas argentinas harán los primeros envíos (por primera vez en la historia de la industria local) de máquinas tragamonedas al exterior. Italia será el país que reciba, tras modificar recientemente su legislación en la materia, las slots fabricadas en la Argentina por las firmas Azartrón y Sielcon.

Las compañías locales aprobaron un minucioso examen de homologación fijado en la recién estrenada normativa, tras un largo período de investigación y desarrollo de alta tecnología de un sector que está interesado ya no solo en abastecer las necesidades de las salas de juego nacionales, sino de conquistar nuevos mercados.

De acuerdo a lo ya adelantado por Daniel Bernz, titular de la firma Azartron, y conformado recientemente por el periódico La Nación, la empresa firmó un contrato por 4000 unidades, cuyo primer envío hará efectivo el 30 de este mes.

Sielcon, por su parte, estará presente en el me de octubre en la Esposizione Nazionale Apparecchi Divertimento Automatici (Enada), la feria internacional a desarrollarse en la ciudad de Roma. La empresa llevará 200 máquinas a la expo, lo que señalaron como “una pequeña avanzada de las 6000 que prevé fabricar anualmente para este mercado”.

Las posibilidades que se abren a la producción argentina en Italia son difíciles de medir. El mercado requiere máquinas tragamonedas de alta calidad y a precios competitivos, y ya se ha adelantado que la península importará (desde todo el mundo) entre 100.000 y 400.000 unidades. Las autoridades de la Cámara Argentina de la Industria de los Juegos de Azar (CAIJA) estimaron que localmente se cuenta con una capacidad de producción anual de entre 20.000 y 30.000 máquinas.

"Nuestros programas se basan en motivos autóctonos, que es nuestro elemento distintivo. Por ejemplo, para la Argentina tenemos los programas Gaucho, Pombero e Hípico. Y para el mercado italiano estamos haciendo Legionario, Gnomo Mágico, Romeo y Julieta, y Gondoliero", asegura Daniel Bernz, titular de Azartrón y presidente de la CAIJA, quien adelantó que ya se encuentran trabajando en la ampliación de la planta que la firma tiene en el partido de San Isidro.

Sielcon fabrica el 70% de la máquina en su planta de la ciudad de Buenos Aires, que luego completa con componentes importados en la zona franca de Ensenada. "Todo lo que hacemos se aprende acá mismo, en nuestro laboratorio de desarrollo y entrenamiento, adonde hacemos la mayor inversión", comenta Eduardo Paz, de Sielcon.

Esta empresa -fundada en 1996- cuenta en la actualidad con un plantel de 50 empleados: "De ellos, el 60% está dado por ingenieros en informática, diseñadores industriales, técnicos electrónicos, que trabajan en investigación y desarrollo", comentó Luis Olivares, el segundo de los tres propietarios de Sielcon junto a Daniel Galimberti, vicepresidente de la CAIJA. Sielcon se asoció a capitales de Ital Games, empresa que importará las máquinas al mercado italiano.

Por su parte, Azartron tiene un contrato de exclusividad con un distribuidor italiano que también tiene presencia en el mercado argentino, donde se contactaron. "Cuando preparábamos el contrato, nos preguntaron cuántas máquinas podíamos producir. Les dije 2.000 y ellos repreguntaron: ¿no pueden ser 4000?. Sí, les dijimos, y acá estamos", recordó Bernz.

La gran oportunidad para el mercado local surgió hace pocos meses, cuando Italia cambió su legislación en materia de juegos de azar para, entre otras cosas, permitir la instalación de máquinas tragamonedas en bares y otros puntos de entretenimiento. La norma se parece mucho a la que facilitó en España el desarrollo de la industria. "Esta normativa prevé tres tipos de máquinas: una para casinos, otra para bares -las que se van a vender- y los videojuegos", detalló Daniel Galimberti, de Sielcon.

"La ley italiana busca prevenir que la gente se enferme jugando. Por ejemplo, hay premios y apuestas máximas para que el jugador disfrute sin perder mucho dinero. Además, la máquina tiene que devolver el 75% de lo que recibe y, si aparece una inspección, hay que poder demostrar que eso es así. Y cada pase no puede durar menos de siete segundos. También nos hicieron poner un programa paralelo de control", agregó Daniel Bernz.

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