Johnny Ortiz: “Sin duda querría volver a Brasil, pero no voy a arriesgar todo si la legislación no es seria y contundente”

El empresario Johnny de Viveiros Ortiz asegura que se fue a dormir como empresario, y despertó como bandido cuando se prohibió la operación de bingos en Brasil. Su familia era una de la ques lideraban el sector en el momento de la decisión, en 2004, y se trasladó a Europa para seguir desarrollando juegos y fundar su compañía, zitro.

"Hay mucha gente investigada en Brasil; pero más que yo, imposible. [El Ministerio de] Finanzas, la Policía Federal, la Policía Civil: todos hicieron investigaciones y no encontraron nada", dice el empresario, en una entrevista con Folha.

Su nombre fue mencionado en conversaciones con parlamentarios, a favor de la legalización del juego en Brasil. ¿Cuál es el tamaño y la influencia de Zitro en la actualidad?

No he hablado con políticos. Tal vez me conozcan a través de la empresa, sobre todo porque soy brasileño, pero hace muchos años que vivo fuera de Brasil. Estamos en más de 40 países. Recientemente hemos entrado en los Estados Unidos, donde el cumplimiento es fundamental; y en varios países soy bien recibido, porque generamos muchos puestos de trabajo.

¿Qué le pareció la propuesta de casinos integrados aprobada en la Cámara de Diputados?

En general, el proyecto es bueno porque no puede entrar cualquiera, necesita un capital mínimo. Creo que era bastante razonable para los casinos resorts, porque los requisitos no son los mismos que en otros países.

Yo, por ejemplo, no tengo nada que ver con el juego (hoy, en Brasil), pero estoy a favor de liberar todo. El juego existe hoy en día, todo el mundo juega, los políticos y la policía saben dónde están.

Sólo en el sector, al día siguiente de la aprobación, habrá más de 500.000 permisos de trabajo firmados, porque emplean a mucha gente. Los casinos generan puestos de trabajo, pero mucho menos que los juegos de azar y el bingo.

La propuesta de la Cámara prevé que las ganancias se dividan en un 60% para los casinos y en un 40% para los propietarios de las máquinas, como usted. ¿Están estos porcentajes en consonancia con la práctica internacional?

Hay de todo en el mundo. Varios países lo hacen por porcentaje, otros por valores fijos. La gama es diferente y muy amplia. No recuerdo los valores porcentuales exactos. Estamos en más de 40 países.

Los críticos de la propuesta hablan de blanqueo de dinero...

Es absurdo. Hoy, el gobierno brasileño puede controlar toda tu vida, y la ley está muy bien hecha: todas las máquinas tienen que ser aprobadas por el organismo de control, y el Gobierno controlará todo lo que ocurre en los casinos y en los bingos. Desafío a cualquiera que hable de blanqueo de dinero, a que me enseñe cómo se blanquea el dinero en los casinos. Lo vemos en las películas antiguas. No sé cómo se blanquea el dinero en los casinos. Hay un argumento muy fuerte que la gente no entiende: es muy caro blanquear dinero en los casinos. Es mucho más fácil blanquear dinero en un estacionamiento de autos, que en un casino, por ejemplo.

Hay un fuerte lobby de empresas que quieren la exclusividad de los casinos resorts, sin una amplia aprobación con los juegos de azar y el bingo. ¿Pierden fuerza estos grupos con la muerte de Sheldon Adelson y la crisis económica desatada por la pandemia?

Adelson murió, pero el grupo continúa. En Brasil se habló de una "Ley Sheldon Adelson", porque quería sólo los casinos y prohibir cualquier otro tipo de juego, pero eso va en contra de los intereses de Brasil.

Brasil podría tener una legislación más amplia., aunque él quería lo contrario, un nicho de mercado.

¿Está pensando en volver a Brasil?

Sin duda alguna. Si hay seriedad, volveré. Si no lo hay, no lo haré. Tengo licencia en más de 40 países. No voy a arriesgar todo para volver a Brasil si la legislación no es seria y contundente.

Usted ha dicho que no ha trabajado con parlamentarios, pero sabemos de su cercanía al diputado Guilherme Mussi (PP-SP), ponente en 2016. ¿Has hablado con él sobre el asunto?

No tenga duda de que lo conozco. Conozco a su padre desde hace más de 30 años, y voy a Brasil dos veces al año. Cuando fue ponente, hablé [de la legalización del juego] para que entendiera el mercado del juego.

¿Cómo puede el Congreso desvincularse del lobby de Las Vegas Sands?

El lobby de Adelson es diferente, porque está involucrado. Decía que va a realiza inversiones, pero luego quiere la exención de impuestos por varios años, o un permiso para contratar empleados que están fuera del país. Pedía una serie de cosas que pocos gobiernos pueden ofrecer. Pensó que al llegar a Brasil podría hacer lo que quisiera, ofreciendo miles de millones de dólares para la construcción de casinos, por eso quería una legislación pequeña y no una amplia, como la del Congreso.

Usted estuvo en Brasil en febrero, el fin de semana antes de que la Cámara votara la propuesta, en la casa familiar de Guilherme Mussi, en Bahía. ¿Su visita estuvo relacionada con la votación?

Ninguna. Estaba en casa de un amigo en Bahía, muy lejos de Brasilia o Sao Paulo, disfrutando del fin de semana con mi mujer. Ella vive aquí, yo no, pero estaba en casa de un amigo; soy brasileño y todavía tengo muchos amigos en Brasil.

La partida de su familia fue turbulenta. Además de la prohibición de las máquinas tragamonedas, hubo una investigación por parte de la Policía Federal y el IPC del Bingo, por sospecha de blanqueo de dinero. ¿Tiene alguna explicación para las acusaciones?

No me fui por la investigación. Me fui porque me fui a dormir como un hombre de negocios y me desperté como un bandido. De la noche a la mañana, el gobierno de Lula prohibió los juegos de azar. Más de 500.000 personas perdieron sus empleos en ese momento. Todo lo que dije, la prensa lo desvió.

Todo fue una invención. Contraté a una empresa para que hiciera una auto investigación y llegaron a la conclusión de que todo era obra de la prensa, que empezó a crear cosas para poner en los periódicos.