Como resumen, podría decirse que en medio de la pandemia, el Congreso vuelve a discutir la legalización de los casinos en Brasil. El presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, creó un grupo de trabajo que pretende discutir y actualizar el Proyecto de Ley para el Marco Regulatorio de los Juegos en Brasil (PL 442/91), del ex diputado Renato Vianna.
El grupo está compuesto por los diputados Bacelar (Podemos-BA), Felipe Carreras (PSB-PE), Newton Cardoso (MDB-MG), Herculano Passos (MDB-SP), Augusto Coutinho (Solidaridad-PE) y Otávio Leite (PSDB-RJ). El grupo dispone de 90 días para completar su trabajo. Uno de los impulsores de la propuesta es el ministro Ciro Nogueira, que como senador llegó a proponer la legalización.
El diputado Felipe Carreras dijo que la intención es aprobar el sustituto del proyecto de ley antes de fin de año. En su opinión, es una hipocresía no tratar el tema, ya que el país pierde una gran fuente de ingresos y de creación de empleo con esta informalidad.
El coordinador del Grupo de Trabajo, Bacelar, sustuvo que son necesarias las reuniones semanales para que el informe sea consensuado y responda a las expectativas de todos sus miembros. También destacó la necesidad de dar más agilidad a la tramitación del proyecto, aprobado en comisión especial en 2016. “Brasil necesita salir de la ilegalidad. No podemos cerrar los ojos. Todos conocemos la hipocresía, pero tenemos que ser coherentes y aprobar todas las modalidades”, dijo el parlamentario.
El vicepresidente del Frente Parlamentario Mixto en Defensa del Turismo, Herculano Passos, agregó que el regreso de los casinos es un atractivo turístico para Brasil. Consideró que miles de brasileños viajan cada año para apostar en casinos de otros países, y esto mueve la cadena productiva del turismo, como lo hace el transporte o la hotelería.
“Con la legalización de los casinos aquí, parte de esa gente se quedaría y gastaría en Brasil, moviendo nuestra economía. Además, con los casinos instalados en complejos de ocio integrados (como se propone en los proyectos de ley de la Cámara de Representantes y del Senado), atraeríamos a los jugadores internacionales, ya que estos complejos contarán con hoteles de lujo, centros comerciales, estadios deportivos, cines, discotecas, espacios para conciertos, entretenimiento infantil... en definitiva, todo lo que ofrecen los grandes casinos de Las Vegas, Macao o Singapur”, dijo.
El Senado también está tramitando una propuesta con el objetivo de legalizar los juegos de azar y los casinos. Según el ponente de la propuesta, el senador Ângelo Coronel, la legalización y posterior regulación de todos los juegos tiene el potencial de inyectar hasta 50.000 millones de reales en la economía, además de generar 700.000 empleos directos.
La legalización, sin embargo, enfrenta la resistencia abierta de la bancada evangélica. El grupo forma parte del bloque de apoyo al presidente Jair Bolsonaro. Este es otro punto de fricción entre los evangélicos y el ministro de la Casa Civil.
Los críticos de la legalización dicen que los juegos son una puerta de entrada al crimen organizado, la corrupción y el tráfico de drogas. La ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves, dijo que si se la consulta sobre el asunto, su manifestación será contra los juegos. "Quieren permitir que los brasileños paguen por tener mala suerte", dijo la ministro a CNN Brasil.