"Si bien la Lotería de San Juan nació en el año 1943, al ser autorizada la venta de billetes en la provincia, no tenía sorteador propio, por lo que debía hacerlo a través de otras loterías provinciales. Fue hace 34 años cuando finalmente pudo inaugurar su bolillero propio y empezar a operar totalmente independiente en la provincia", relató la presidenta de la Caja de Acción Social, Claudia López.
Durante esos 44 años tuvieron que utilizar los números que salían en la vecina Lotería de Mendoza como propios, con llamados telefónicos durante cada sorteo y la copia de los resultados a mano en una pizarra.
"El actual bolillero de la CAS es electromecánico y el que le precedió era neumático automático. Todos sus sistemas son digitales y se ha ido mejorando, actualizando con el paso del tiempo para dar transparencia y seguridad", explicó el actual jefe de la Sala de Sorteos Juan Carlos Saldivar, quien tiene los mismos años trabajando allí que el bolillero. Es el testigo perfecto de estos años de operación autónoma, quien vio el paso del tiempo y quien presenció cómo se certificaron los procesos con las normas de calidad ISO 9001, siendo una de las pocos bolilleros argentinos con ese nivel de aprobación.
Los laureles de este sistema son muchos y muy bien ganados. "Este bolillero cumple con normas y estándares internacionales que acompañan cada sorteo: por ejemplo, cada una de las bolillas son pesadas y certificadas en forma previa por alguno de los escribanos con los que cuenta el área de Juegos de la Caja de Acción Social cada vez que se van a utilizar", agregó López.
La seguridad y transparencia del bolillero lo han llevado a ser utilizado en los sorteos de hogares que realiza el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).