El Sitramen es un sindicato reducido, de cerca de 370 afiliados. Adolfo Desvard integra la mesa del Movimiento de Acción Sindical, que lidera el taxista Omar Viviani, pero no es un dirigente con activismo en la Confederación General del Trabajo (CGT).
El Ministerio de Trabajo, que ayer evitó dar información sobre el caso, ya había designado a un delegado normalizador en diciembre. Aquella vez, la llegada del interventor fue tensa porque quiso tomar posesión en el acto, sin orden de allanamiento y sólo con la resolución de Triaca.
A Desvard se le venció el mandato en 2017, pero la elección no se hizo porque hubo una impugnación por no haber incluido a ninguna mujer en la junta electoral —el cupo femenino es únicamente obligatorio para la comisión directiva—. El caso se judicializó y el último movimiento fue una medida cautelar en la que se dispuso que continúen las mismas autoridades hasta que se llame a una nueva elección.
Con este caso, ya son diez los gremios intervenidos desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada. El Gobierno amenazó hace unos meses con hacer cumplir la ley y verificar entre el padrón de gremios cuántos cumplen realmente con el 30% del cupo femenino entre sus consejos directivos.
A pesar de la advertencia oficial, que publicó "recomendaciones" en el Boletín Oficial para controlar la vida interna de los sindicatos, el nivel de cumplimiento continúa siendo muy bajo. Apenas cuatro gremios están en regla sobre un universo de 53 que publicó el Ministerio de Trabajo en su sitio web.
Con información del diario La Nación (Argentina).