La propuesta renovada del Centro Recreativo Turístico (CRT), conocido como BCN World, plantea varios cambios: En principio, se construirá sobre un terreno de 750.000 m2 y no de un millón como se había previsto; también reduce la superficie destinada a los hoteles, de 600.000 a 480.000 m2; y al 50% la de los casinos.
Tras recibir el visto bueno del Govern y la Comisión de Urbanismo de Tarragon, recibió la aprobación del parlamento, donde obtuvo 110 votos a favor, 20 en contra y una abstención, del diputado de JxSí y portavoz de las juventudes de ERC (JERC), Gerard Gómez del Moral, quien explicó que su organización no ha cambiado de postura, y que mantiene su oposición a un proyecto que entiende que está basado "en un modelo económico especulativo que no es el nuestro".
Por su parte, el diputado del PP por Tarragona Alejandro Fernández, que presentó la moción, criticó a la CUP y CSQEP por persistir en su rechazo: "hay algo que me sorprende y es que ustedes, que son favorables a legalizar las drogas y la prostitución, en cambio no quieran que haya juego".
En esta dirección, Jordi Terrades, del PSC, reafirmó la validez del proyecto que "ahora es sensiblemente distinto a cómo nos lo habían vendido tanto el Govern como el grupo Veramonte", y ha celebrado que ERC "se haya sumado".
Matías Alonso, diputado de Ciudadanos por Tarragona, expresó la conformidad con el texto, "aunque nos sigue preocupando la rebaja fiscal a los casinos pactada por la antigua CiU y por el PSC".
En la vereda opuesta se encuentra Sergi Saladié, de la CUP, quien denunció que el proyecto inicial y el actual "son un bluf, están vendiendo humo" y ha reprochado que la Generalitat "se dedique a hacer de corredor de fincas de una empresa privada" para que La Caixa venda los terrenos edificables.
"Nadie ha visto el proyecto ni un plan de negocio, o sea, que los que apoyan el CRT en realidad lo que hacen es un acto de fe", advirtió el diputado.