Ochoa Sánchez reconoció que la tragedia del Casino Royale, en agosto de 2011, cuando murieron 52 personas en un incendio provocado por una ataque del crimen organizado en Monterrey, afectó el crecimiento de la industria en todo el país porque las autoridades endurecieron los requisitos para su operación y hubo entidades como Coahuila que prohibieron los centros de apuestas.
Los casineros esperan que durante el actual sexenio se duplique el número de centro de apuestas, con los permisos ya otorgados por las autoridades.
Agregó que se trata de una industria lamentablemente controvertida, “pero no termina por ser tan mala como se cree, pues atrae inversión nacional y extranjera, turismo, la obtención de impuestos para el gobierno mexicano y generación de empleos”.
Estimó que cada año visitan los centros de apuestas tres millones de personas que permiten a los casinos pagar 5.000 millones de pesos en impuestos federales y estatales. Asimismo, dijo, el sector genera más de 38.000 empleos directos y 140.000 indirectos.
Ochoa Sánchez encabezó una rueda de prensa donde se anunció la inauguración del Instituto de Investigación y Tratamiento de Ludopatía, una enfermedad que se estima afecta entre 0,3 y el 1% de la población mundial, aunque en Nuevo León, la cifra podría elevarse hasta el 3%, dijo por su parte el doctor José Luis Guerrero, vicedirector del nuevo instituto que será inaugurado hoy en la entidad.