Entre enero y marzo, la JCJ obtuvo U$S 20,9 millones, cifra que estuvo por debajo de los 21,2 millones aportados en el primer trimestre del año pasado.
Mensualmente, los operadores de juegos de azar deben hacer un pago a la JCJ que depende del volumen de apuestas y los premios que pagan durante ese tiempo. Los casinos completos pagan 12% de sus ingresos brutos, mientras que las salas de máquinas tragamonedas tipo A, que son las que reciben más apuestas, pagan 18% de sus ingresos brutos al Estado.
En el primer trimestre, los casinos completos transfirieron a la JCJ 6,1 millones, mientras que las máquinas tragamonedas tipo A pagaron 10,5 millones. Al comprarse con los datos de igual periodo del año pasado, la recaudación disminuyó 6,2% y 7,1%, respectivamente.
En cambio, los administradores de las máquinas tragamonedas tipo C que operan en restaurantes y bares, pagaron 2,9 millones, 3,3% menos de lo aportado en 2015. Mensualmente, cada operador paga U$S 150 por cada máquina tipo C.
Los operadores de juegos de azar insisten en que el impuesto de 5% que impuso el Gobierno el año pasado a las apuestas, con el objetivo de financiar el incremento a los jubilados, ha tenido un efecto negativo sobre la industria.
Por ejemplo, a una persona que cambia U$S 200, no importa si ganó o perdió, el local está obligado a retenerle 10, dinero que después debe ser transferido al fisco.
El año pasado la JCJ recaudó U$S 82,2 millones, 13 millones menos que los obtenidos durante 2014.