“Lanzaremos en Venezuela en las próximas semanas”

¿Por qué eligieron traer su producto a República Dominicana?
Dentro de Latinoamérica, este país se destacó por muchas razones. Primero, aquí hay un gran clima de negocio profesional. La gente ama y adopta la nueva tecnología. Además, se muestran dispuestos a probar cosas nuevas.

En segundo lugar, la población alcanza los 10 millones de personas, de las cuales 4 millones son menores de edad. Esto nos deja una población de 6 millones, de los cuales 4 millones son jugadores habituales de lotería y generan alrededor de U$S2.000 en ingresos. Hemos desarrollado una plataforma que reúne a todas las loterías y juegos en un solo lugar. Con Royal Fortunes puedes jugar cualquier juego, de cualquier lotería, en cualquier lugar. Aunque, por las razones descriptas, estamos hablando de un modelo que podría resultar atractivo en cualquier país de la región.

¿Qué otras oportunidades significativas ven en América Latina?
Lanzamos en Sint Maarten en 2014 y actualmente estamos operando en la isla. Ahora, estamos extendiendo esas operaciones a Antigua y Barbuda. Una de nuestras novedades es que hemos obtenido la licencia correspondiente para operar en Venezuela. Lanzaremos en las próximas semanas. Retrasamos este lanzamiento para que no se superpusiera con el de República Dominicana. Queremos enfocarnos en ambos proyectos en igual medida. Buscamos expandirnos en la región.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar mano a mano con la Lotería Nacional de República Dominicana?
No podríamos haber pedido un mejor socio. Es una entidad servicial y eficiente. Estábamos ansiosos por probar nuevas tecnologías y promociones. Ellos nos preguntaban “¿qué más podemos hacer?” o “¿cómo podemos trabajar juntos para que nuestros juegos sean más convenientes y apasionantes?”.

El segmento iGaming ha experimentado grandes cambios en los últimos años y la industria del juego se está orientando a los dispositivos móviles. ¿Cree que esta tendencia continuará?
Sí. Es una tendencia internacional, hablando desde la perspectiva de una compañía basada en Estados Unidos. A nivel internacional, todo se mueve mucho más rápido y firmemente hacia lo móvil y las nuevas tecnologías. Estados Unidos sigue esta tendencia lentamente. El iGaming continuará avanzando rápidamente.

El próximo paso sería alcanzar un mayor nivel de penetración y creo que lo lograremos. En Estados Unidos, hay loterías muy progresistas. Por ejemplo, el Estado de Michigan ha incursionado en el iGaming y ha adoptado tecnología online y móvil además de nuevas técnicas de mercadeo. Obtuvieron su recompensa por eso y recibieron una gran aceptación de parte de los usuarios. Son un ejemplo a seguir en nuestro país.

Las fusiones han sido un factor clave en la industria del juego. En su opinión, ¿qué es lo que viene?
Tal como sucede en cualquier industria, hay muy pocos grandes jugadores y muchos jugadores pequeños. Ya sea que hablemos de la industria del juego o la cinematográfica, esta última es una industria que conozco muy bien (trabajó para la cadena de cines AMC Entertainment Inc.), podemos decir que hay una constante consolidación. La consolidación es muy saludable, ya que el consumidor termina recibiendo un producto más sólido, accesible e innovador.

Además, las compañías ganan eficiencia, lo que les permite desarrollar nuevos productos. La consolidación es algo saludable, pero no me gustaría que nos vayamos a un extremo ya que ahí se convertiría en un monopolio con sólo tres jugadores sólidos y poderosos. Pero siete jugadores clave sería una tendencia saludable.

¿Cuáles son sus metas de negocio?
Queremos continuar con nuestro impulso en la República Dominicana, lanzar algunas de las otras licencias que tenemos en marcha y estabilizar esas operaciones para seguir expandiéndonos en la región. Nuestra meta es expandir Royal Fortunes en la región.

Trabajamos bien con otras empresas que podrían ser consideradas nuestra competencia. Con Intralot, GTECH e incluso las loterías estatales tenemos metas en común. Además de una consolidación de la industria, veo una mayor colaboración entre las empresas. Como empresa uno se pregunta “¿quiero crear y operar este producto o servicio por mi cuenta?” o “¿quier asociarme a alguien que pueda aportar experiencia a este proyecto?”. Si nos enfocamos en nuestras fortalezas de una manera colaborativa, el cliente obtiene un producto mucho mejor y nosotros utilizamos los recursos de una manera más eficiente.