En noviembre, la Comisión concedió a las autoridades suecas dos meses para resolver esta cuestión, a riesgo de iniciar un procedimiento ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en caso de no satisfacer las demandas de este organismo.
Esta reunión será la última oportunidad de Suecia para convencer a la Comisión de que su monopolio cumple con la normativa europea.