Los apostadores chilenos son en un 70% hombres de entre 20 a 35 años, preferentemente universitarios y ejecutivos jóvenes. Les gusta apostar los fines de semana y los martes o miércoles en partidos de fútbol de Champions League o copas sudamericanas, y también en competencias de tenis y boxeo.
“Son entre 2.000 y 4.000 personas. El año pasado eran entre 1.000 y 1.500”, dice Patricio Broerse, consultor para Latinoamérica en apuestas deportivas que ha analizado al grupo nacional y creó la página clubapuestaschile.cl.
La participación de los apostadores chilenos es humilde: la media gasta en promedio entre 30.000 (U$S 59,99) y 50.000 pesos (U$S 99,98) al mes. Aunque también hay jugadores VIP que apuestan de 2 (U$S 3.997) a 5 millones de pesos (U$S 9.994).
Parte del éxito se explica por los distintos tipos de apuestas: se puede hacer la clásica por el ganador, pero también participar en el modo “live” (apostando mientras se ve la competencia) o buscar adivinar combinaciones más extrañas.
Para estos apostadores hay dos eventos que son los principales: la final de la Champions League (a nivel mundial) y los partidos de la selección chilena (para los nacionales). Ahí es donde la habitual comunicación online entre ellos, por WhatsApp o en grupos de Facebook, se vuelve presencial. Los jugadores se reúnen en asados donde miran el partido y apuestan en simultáneo.
Otro de los atractivos de este sistema es que si las proyecciones comienzan a caer en el error, las apuestas pueden ser cambiabas en simultáneo al desarrollo de los partidos.