El sector considera que esta baja recaudación es fruto, en gran medida, de la excesiva tributación que soporta y que, junto a otros factores, ha llevado a las empresas, principalmente a las nacionales, a acumular pérdidas de 72,5 millones desde la regularización del sector, en junio del año pasado.
Para evitar que la tributación acabe por asfixiar a un sector en expansión, que genera riqueza y empleo, las compañías piden al Gobierno que rebaje la presión fiscal que soportan -el tipo general se sitúa en el 25% sobre ingresos netos- hasta niveles de países como el Reino Unido (15%).